ESCAPULARIOS VIRGEN DEL CARMEN. ESCAPULARIOS PERSONALIZADOS.
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ESCAPULARIOS VIRGEN DEL CARMEN. ESCAPULARIOS PERSONALIZADOS. ESCAPULARIOS DE SAN JOSE
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ESCAPULARIOS SAN JOSE PATRONO DE LA IGLESIA
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ESCAPULARIO DE SAN JOSÉ
El escapulario de San José es poco conocido, quizás y con justa razón el Escapulario del Carmen, por ser de la Santísima Virgen y el del Sagrado Corazón, lo dejan algo en la sombra al tener estos más relevancia y arraigo entre la cristiandad, dada sus muchísimas gracias y promesas de salvación. Pero es importante antes de entrar en detalles, dar unas cuantas pinceladas relacionadas con su historia. Este escapulario nace en el siglo XIX, en dos corrientes paralelas, la primera en Verona, (Italia) en 1865 y la otra, años más tarde en la población francesa de Lons-le-Saulnier, diócesis de Saint-Claude donde irrumpe la corriente más fuerte de esta devoción por parte de la fundadora de la Comunidad de las Franciscanas de la Inmaculada Concepción, Madre Maria de Jesús Schmidt y del Padre Pier Battista, OFMC, de Reims. La Madre Maria de Jesús que era gran devota del Santo, pensaba que hacía poco para demostrar la gran devoción que le tenía, así que pensó en llevar algo puesto como un hábito especial, por lo que pidió al P. Pier Battista (que era un artista), le hiciera un dibujo con los símbolos y figuras que actualmente presenta el Escapulario. Fue tal el entusiasmo y el éxito de la Madre María de Jesús que en diez años se distribuyeron 110,000 unidades. El Obispo C. Marport aprobó la solicitud del Escapulario y lo promociona pidiendo en 1884 audiencia a S.S. Leon XIII quien le puso en contacto con el General de los Capuchinos. En 1891 el Cardenal Foulon pidió al Santo Padre que autorizara a la orden de los capuchinos el promover, divulgar, bendecir e imponer el Escapulario. Finalmente en 1893 el Papa Leon XIII aprueba y confirma el decreto de la Sagrada Congregación de Ritos. La Bendición del Escapulario de San José se encuentra en el Ritual Romano (Título IX, cap. XI, N. 25).
GRACIAS QUE SE OBTIENEN POR LLEVAR EL ESCAPULARIO DE SAN JOSÉ
1-.Aquellos utilicen este Escapulario, serán defendidos por San José como de su propiedad obteniendo innumerables gracias de su corazón más casto.
2-.Tendrán los devotos la plena confianza de conseguir la gracia de la perseverancia final, y llegar a Dios en Santidad, imitando sus virtudes justicia, ´pureza, obediencia, silencio y humildad con fe y amor a Jesús y a la Sanísima Virgen Maria.
3-.Indulgencias plenarias en los días de fiesta de Nuestro Señor de la Santísima Virgen y de San José, lo mismo que a la hora de la muerte.
4-.Si en un verdadero devoto tendrá el regalo de la castidad de su propio estado
5-.Tendrá auxilios espirituales para salir del pecado.
6-.Tendrá particular devoción a María Santísima.
7-.Tendrá una buena muerte y será defendido en las horas extremas.
8-.No será vencido por los demonios, que tiemblan ante el nombre de San José, terror de los demonios. 9-.Obtendrá especiales gracias tanto para el alma como para el cuerpo.
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ESCAPULARIOS VERDES
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El escapulario verde es un sacramental que la Santísima Virgen nos entregó por medio de Sor Justina Bisqueyburu, contemporánea de Santa Catalina Labouré (a quien la Virgen le entregó la Medalla Milagrosa). Ambas son Hijas de la Caridad. Sor Justina fue muy favorecida por la Santísima Virgen con varias apariciones y murió en olor de santidad en el año 1903.
El 28 de enero de 1840, Sor Justina estaba en su retiro de noviciado y se encontraba orando en la Capilla del convento, cuando de pronto tuvo una aparición de la Santísima Virgen.
La Virgen Santísima se le apareció con un vestido largo de ceda blanca dejando al descubierto sus pies. Sobre su vestido un manto azul claro. Su cabello caía sobre sus hombros y no estaba cubierto por un velo. Sor Justina notó que las manos de la Virgen estaban cerca de su pecho y sostenían su Inmaculado Corazón, del cual salían llamas resplandecientes. La Virgen no trasmitió ningún mensaje.
Esta misma visión se repitió al final del retiro y en otras cinco ocasiones durante el curso de su noviciado. En ninguna ocasión la Virgen Santísima pronunció palabra alguna, sin embargo los detalles en cada una de las visiones fueron iguales.
Después de que Sor Justina hizo su profesión religiosa, la congregación la envió a un pueblo llamado Blangy, allí trabajaría con las Hermanas de su Orden. Al poco tiempo de haber llegado, la comunidad estaba reunida para celebrar la fiesta del Nacimiento de la Santísima Virgen María. Sor Justina se encontraba en oración meditando sobre la grandeza de esta celebración. De pronto tuvo una nueva visión, esta vez diferente a la de ocasiones anteriores.
La Santísima Virgen se le aparece vestida igual que en las otras ocasiones: con un vestido de seda blanca cubierto por el manto azul pálido, y en sus manos sosteniendo el Inmaculado Corazón, resplandeciente con las más intensas y deslumbrantes llamas que salían de él. Pero, tenía algo diferente: en su mano izquierda sostenía lo que parecía ser un Escapulario o insignia de alguna clase. A diferencia de otros Escapularios (como el carmelita, por ejemplo), éste tenía un sólo cuadrado de tela en lugar de dos. El cuadrado de tela estaba atado con cordones verdes. En él estaba una imagen de la Virgen de la misma forma en que se la había aparecido a Sor Justina en sus anteriores visiones, sosteniendo en su mano derecha su Inmaculado Corazón. Al voltear la imagen, la religiosa vio "un Corazón ardiendo con rayos más deslumbrantes que el sol y tan transparente como el cristal."
Durante esta visión se le dio a conocer por una revelación interior el significado de esta aparición. Esta visión representaba un nuevo medio para alcanzar gracias: el Escapulario del Inmaculado Corazón. Este escapulario sería un poderoso instrumento para la conversión de almas, particularmente aquellas que no tienen Fe, y que por medio de él, la Santísima Virgen obtendría para ellos, mediante su Hijo, la gracia de una muerte en gracia de Dios. Se le hizo también saber, a la religiosa, el deseo de la Madre de Dios de que el escapulario fuese propagado por todas partes para que estas gracias particulares, lleguen a todas las almas que abracen esta devoción.
En apariciones subsiguientes la Virgen se apareció de la misma forma, insistiendo en que se propagara la devoción a este escapulario. Finalmente, los Escapularios se empezaron a fabricar y a ser distribuidos por las Hermanas en París, luego por toda Francia y fuera de ella. Con este fin, las Hermanas habían recibido la aprobación formal y el impulso necesario de Su Santidad, Papa Pío IX, en 1870.
La forma de este escapulario
consiste en un trozo de tela verde, con una doble representación gráfica:
En el anverso lleva la imagen de María, mostrando su corazón virginal, en el centro de su pecho, sosteniéndolo con sus manos inmaculadas. Su Corazón aparece traspasado por una espada y coronado de llamas. Este mismo Corazón, en gran tamaño, aparece en el reverso, rodeado por el óvalo que forma esta inscripción:
“Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte”
Presidiendo el óvalo de la inscripción figura una cruz de oro. El fin específico de este escapulario es la invitación a orar, a recurrir al Inmaculado Corazón de María con confianza y pedir, sobre todo, por los pecadores. Hay que recitar, nos dijo Sor Justina, por lo menos una vez al día la jaculatoria del reverso.
Don para los enfermos
Este escapulario ha sido dado por Nuestra Señora, particularmente como un don para los enfermos. Se le puede poner en sus ropas, en su cama o en su habitación. Si la persona a quien se le aplica no dijera la jaculatoria, el que le haya proporcionado el escapulario, puede decirla por el enfermo.
Los prodigios que ha producido este escapulario atestiguan la bendición y el cumplimiento de la promesa de la Virgen a todos los que lo lleven y digan la jaculatoria: “ Hará grandes conversiones, particularmente para alcanzar la buena muerte a los pecadores y a los que no tienen fe”.
El Escapulario Verde no requiere ninguna fórmula particular de investidura sino solo la bendición de algún sacerdote católico.
DETENTE DE TELA
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